El valor es hacer lo que es correcto. El verdadero valor es vivir cuando hay que vivir, y morir cuando hay que morir. El aspecto espiritual del valor se pone de manifiesto en la serenidad. La tranquilidad es coraje en reposo. Alguien verdaderamente sereno está siempre en reposo: las cosas nunca le toman por sorpresa. En medio de las catástrofes su mente está en calma. Los terremotos y las tormentas no le trastornan. Una mente así, nunca está saturada ni atestada, siempre está abierta para algo más. Es una mente amplia.
(Inazo Nitobe)
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